¡HOLA!
Vivo desde el 15 de septiembre 1992, pero nací hace dos años, tal vez suene irónico pero eso pasó. He comprendido que la vida esta llena de cosas hermosas, de que jamás debes renunciar a ella, y que se debe respetar la voluntad de Dios.
Vivo desde el 15 de septiembre 1992, pero nací hace dos años, tal vez suene irónico pero eso pasó. He comprendido que la vida esta llena de cosas hermosas, de que jamás debes renunciar a ella, y que se debe respetar la voluntad de Dios.
En marzo de 2008 me debatí entre la vida y la muerte, en verdad fue un milagro que escriba esto, que pueda seguir robando oxigeno, hoy me llena de tristeza pero a su vez de alegría saber de que quizá Dios tenga algo preparado para mi.
Mi enfermedad empezó cuando en mi organismo se alojo una bacteria en mi hígado la verdad aun no me explico por que me paso esto, el caso es que comencé con dolor y cansancio, los análisis reflejaron que se trataba de una enfermedad llamada “PROTEUS” el primer tratamiento me fue satisfactorio pero la recaída no, fue un 28 de marzo cuando me inicio el dolor crónico, esa misma noche fui ingresado de emergencia a la sala correspondiente del IMSS para ser estudiado de forma permanente, fui sometido a estudios de urgencia, paso la noche y empeoraba mas, la temperatura corporal ascendía drástica y rápidamente, los medicamentos suministrados eran inmunes a mi, los sueros no me bastaban, en cuestión de días baje 2 kilos de peso, nada soportaba en mi estomago, mi dieta estaba basada en un jugo, un té y una gelatina, los cuales no me dotaban de energía.
Día a día los médicos llegaban por la mañana a retirarme 3 muestras de 5ml de sangre para el estudio, me tenían aislado por el riesgo de contraer nuevas infecciones al no tener mis defensas normales, mis plaquetas dieron un descenso de 150 a 120 mil en dos días era algo sorprendente, día a día la cosa era peor, no me podía intervenir quirúrgicamente por el grado de inflamación de mi hígado, me tuvieron que comprar medicamento de farmacia de patente, todo en mi era un caos.
Un día llamaron a mi madre y le dijeron que seria trasladado al D. F. o a Tapachula para mi tratamiento fuera tomado en manos de especialistas, informaron que quizá no regresaría o que no se garantizaba nada, pidieron que mi familia estuviera unida y cerca para que lo temido lo supieran de inmediato, el traslado se frustro por que era imposible que resistiera un viaje de esa escala así que los médicos dijeron que ya no había nada mas que hacer que aria lo posible pero que ya no garantizaban mi salud, mi vida.
Mi madre, mi familia todos me lloraban, mis compañeros de escuela me recordaban, llegaban a darme ánimos pero solo los podía escuchar mas no responder ni platicar, mis profesores llegaron muchas veces y mostraron un sinfín de apoyo, los vecino de mi casa hacían colectas para ayuda con los gastos, los que podían hacían oraciones para que pudiese recuperarme o para que descansara lo mas pronto posible, la verdad fue algo indescriptible y mus desalentador.
Fue la noche de un miércoles cuando los doctores pidieron que toda mi familia, si podían llegaran al hospital por que quizá seria la ultima, no por que ya estaba bien si no por que quizá saldría en un cofre, con los pies por delante y unas golondrinas.
En la noche llegaron los que por aquí viven, y al día siguiente los que afuera de la ciudad están. El doctor de apellido Cruz informo de mi estado de salud y debido a la gravedad comento que solo esta noche me daría la ultima dosis de medicamento por que ya no había mas que hacer, que quizá reaccionara, pero que quizá ya no, así fue me aplicaron la ultima dosis de esa noche, como no podía tomarla por mi mismo, se me era introducida por el suero, recuerdo con tristeza el rostro de mi madre y de mi padre que me cuidaron, ella por dentro era fuerte pero al salir de mi cuarto se ahogaba en llanto, mi padre se hacia del que no la daba tristeza me daba fuerzas y me contaba sus historias de su viajes pero solo las escuchaba, conforme las horas de la noche pasaban el medicamento terminaba y yo me dormía, sentía que el sueño era muy pesado y profundo, cuando esta me venció pude ver mi vida en un segundo a mis familiares que ya están en un descanso eterno.
Al amanecer del día jueves una sorpresa había para todos, mi familia sonriente, los doctores confundidos y a su vez satisfechos, los murmuras del por que no se hicieron esperar, esa mañana yo ya estaba casi bien, los estudios matutinos decían que mis plaquetas que llegaron a quedar en 50 mil, lo que produjo que me transfirieran tres unidades de sangre, ya habían ascendido a 80 mil, de la noche a la mañana, cuando mi ultimo alimento fue un jamos relleno de verduras un atol y 5 galletas, era algo sorprendente, la fiebre bajo a 38 °C de 40, todo estaba casi bien, yo era otro en el horario de visita los que entraron los pude ver, oír platique con ellos los disfrute, todo era felicidad.
Día a día fui mejorando y los médicos no encontraban la respuesta, ahora los estudios no eran para saber como curarme, si no que me curo, que fue lo que hizo mi recuperación, la dieta se me levanto y me fui alimentando cada día mas, las plaquetas subían rápidamente, casi ya no me dio la fiebre todo estaba marchando de maravilla.
Fue entonces la noche del 14 de abril que los médicos decidieron que al día siguiente me darían de alta, y mi familia y yo esperamos con ansias la salida del sol, que los pájaros volaran en el fresco del alba, que el reloj marcara un día nuevo, llego el 25 de abril y los médicos me redactaron mi libertad, en la causa de mi alta solo especificaron una mejora rápida, nada concreto, verbalmente dijeron que lo mío sin duda alguna fue un milagro por que no encontraron nada científico que explicara esa reacción, ni una semana entera de estudios tratando de encontrar la sustancia que me yudo a dejar ese lugar y ver después de 500 horas el sol con todo du esplendor, la gente con sus carreras, los carros con sus colores, las calles con sus transitantes, solo fue un milagro.
Publico esto para decirles que los milagros existen, que la FÉ en dios mueve montañas, que la vida esta llena de cosas lindas que no hay lugar ni momentos para rendirnos y que lo ultimo que muere es la esperanza de vivir.
